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lunes, 7 de febrero de 2011

Adiccion.

 Me declaro adicta... totalmente adicta, completamente enganchada, terriblemente encantada, asombrosamente bajo los efectos... soy adicta a ti, y a tu boca. Soy adicta a verte, a tenerte cerca. Soy adicta a tus manos, a tus caricias, a tus dedos entrelazados con los mios. Adicta a mirarte a los ojos y ser capaz de entender con una sola mirada todo lo que sentimos. Adicta a colarme en el hueco entre tus brazos y pasarme horas ahí. Soy adicta a que me sonrías, a que me mires y nos riamos. Soy adicta a tus labios, a tenerte enfrente y no ser capaz de resistir las ganas de besarlos. Adicta a que me digas que me echas de menos, a escuchar de tu boca que me tienes ganas. Adicta a soñar contigo, a sorprenderme a mi misma sonriendo porque pienso en ti. Soy adicta a echarte de menos, a que llegue el viernes y estar contando las horas que faltan para verte. Soy adicta a la forma en la que sonríes cuando te beso, sin que tus labios se despeguen de los míos, sonríes y yo lo noto, y sonrío yo. Soy adicta a cada rincón de tu cuerpo, a todos los que conozco ya y a los que aún no me he asomado, pero que me muero de ganas de hacerlo. Adicta a decirte que no te he echado de menos, y a que no me creas. Adicta a no poder contener las ganas de ti. Porque eres algo así como mi marca de heroína, porque verte a ti después de un día de perros siempre supone un nuevo chute de energía. Eres mi isla desierta, te lo he dicho muchas veces, y soy totalmente adicta a perderme en ella.

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